The Ugly Truth/ Por Gabriel

Dejando el  olor a naftalina

Una de las más “horribles”, a veces inesperada, pero completamente necesaria confesión que una familia o grupo  de amigos puede recibir es un “soy gay/lesbiana”.

Nuestra sociedad chilena, para ser catalogada como “la Europa de Latinoamérica”, sigue siendo impresionantemente prejuiciosa, discriminadora y chapada a la antigua; todavía pasa que vas caminando por la calle y te gritan “Maricón” desde un auto, a pesar de que hace no mucho se realizaron campañas dirigidas netamente a cambiar eso.  Pasa en gente adulta e incluso,  sorprendentemente, jóvenes. Es como si tuviesen incorporado un chip que no les permite ver más allá de su realidad heterosexual: “la gente debe casarse en una iglesia y engendrar hijos” y le inculcan estas mismas creencias a las generaciones que les siguen.

Pero,  ¿Qué pasa cuando padres, con la mentalidad que antes mencionaba, tienen que afrontar la realidad de tener un hijo gay? ¿Qué pasa cuando los prejuicios que tenías van dirigidos a una persona que amas?

Debe ser impresionantemente difícil,  para un padre, madre, hermano o amigo, romper los esquemas que llevas por años, cambiar el switch y ver la vida de manera distinta y que se amplifican aún más por diversos factores como la religión, inclinación política, estatus social, en las que están inmersos. Pero analizando la situación, las “víctimas” resultan ser otras, porque es aún  más difícil para un homosexual no sentir el apoyo de la gente que ama al momento de sincerarse con ellos, puesto que como decía, tenemos prácticamente a todo el país en nuestra contra.

En mi caso le conté a mi madre, hermanos y amigos hace casi ya dos años, cuando estaba con mi primer novio.

Un gran error fue sentir miedo. Temblaba y al decirle a mi mamá, me puse a llorar. Completamente sin razón, ya que tanto ella como los demás reaccionaron como nunca lo hubiera imaginado. En  mi mente veía maletas, visitas a psicólogos y a la iglesia y finalmente recibí sólo Te amos y gente intrigada queriendo entenderme mejor.  Actualmente mi mamá conoce a mis parejas  y me molesta a la hora de cocinar arroz. Estoy claro que tengo la mejor mamá del mundo por el simple hecho de que me ama como yo a ella.

Pero no todo el mundo tiene la misma suerte que yo,  hay que considerar una serie de factores antes de salir del closet como el hecho de la dependencia económica que tenemos con nuestros padres. Tener en cuenta la situación más negativa como la más positiva en términos de reacciones.

Por ejemplo, hace pocos días pude ver, finalmente, luego de 4 meses, a una amiga. Fueron 4 meses en lo que sufrió, y sigue sufriendo,  la incomprensión de su familia, sobre todo de su madre. 3 psicólogos, exámenes, terapias de Hipnosis, lecturas de la biblia y varios otros métodos para “suprimir su conducta desviada” y como estudia y un empleo de fin de semana, que es su única opción en  términos de tiempo, no alcanza para suplir los gastos de un lugar independiente, tendrá que seguir así, quien sabe por cuánto tiempo más.

Es por eso que, al momento de decidir contarle al mundo tu “secreto” debes hacerlo con calma, tomar el tiempo que estimes conveniente y evaluar muy bien tu situación, los pros y contras que tendrá salir del closet para ti.

Tener en cuenta que es muy probable que aparezcan un montón de declaraciones como: “lo dices ahora sólo para causarnos dolor” “¿En qué nos equivocamos contigo?” “Es un pecado, irás al infierno” y que hay que ser fuertes, agachar la cabeza, intentar ponernos en su situación y seguir. Pero teniendo claro que pese a que les cueste mucho asimilar todo, te aman, y que por ser la homosexualidad parte de ti, tarde o temprano terminarán aceptándola si muestras una imagen positiva que rompa sus esquemas mentales y si, pese a todo el amor que sienten por ti no pueden aceptarte, es problema suyo, no tuyo. Eres especial, único y hermoso.