12.01.2010

De Latinos y Otros Demonios/ Por Diego Tejada.

El Teatro Hecho Novela...

Una producción casi única, una historia llena de ese realismo mágico que tan bien caracteriza a la parte centro sur de nuestro país, leyendas, maldiciones, son algunos de los ingredientes que hacen de esta teleserie una de las más artísticas que he visto.

Corría el año 1999 y TVN promocionaba su novela del segundo semestre, su competencia una novela de medio pelo como las que hacía Canal 13 en ese momento, Cerro Alegre. En fin, TVN apostó por la historia de tres familias fuertes localizadas en el pueblo Aquelarre, Tres familias que eran respetadas y manejaban el orden social dentro del pueblo... ... no quiero contarles la novela, quiero centrarme en los detalles teatrales de dicha producción.

El Género:

Las mujeres en Aquelarre tomaron una importancia increíble, se podría decir que es una pionera en este sentido, poniendo como protagonistas claves ya sea de forma principal o secundarias a las féminas, todo esto porque haciendo honor al realismo mágico, en el pueblo desde hace 30 años no nacían hombres. Las Patiños, inspiradas en la obra teatral La Casa De Bernarda Alba, tenían la particularidad de tener nombres masculinos, todas con distintas personalidades, destacando el gran trabajo que realizó Patricia Rivadeneira como Rodolfa, una mujer que se desquició por el abandono de su prometido, que nunca llegamos a conocer, el muy conocido Pepe Romano. Pero no todas las mujeres eran de ese estilo, no señores, estaban las madres, como la señora Bernardita Alvarez de Patiño y Elena Vergara, mujeres de carácter fuerte y decidido, la primera una madre excepcional y la segunda una empresaria fría y que incluso muchas veces no se le veía esa pizca de humanidad.

La mujer en Aquelarre fue dignificada, ya no era sólo la protagonista bonita, la madre que se callaba, la empleada que sólo abría la puerta, no, y otra vez no, y en eso me quiero detener, la empleada, la tan recordada Poncia, sí, esa misma, la que todo decía rimando, era una empleada espectacular, tenía decisión, de una u otra forma estaba vinculada con la familia a la cual servía, otro punto más para las actrices, en este caso para Ximena Rivas.

El Realismo Mágico:

Son muchos, pero los centrales son dos el extraño fenómeno de que no nazcan hombres en Aquelarre desde hace 30 años y la historia de La Novia de la Noche. Dos elementos que están relacionados. Elena Vergara es también una importante química, la cual desarrolló una esencia con la cual se encargo de que no nacieran hombres, todo esto por una decepción amorosa. Pero como no quería que se supiera tan macabro plan, inventó una distracción, La Novia de la Noche. Supuestamente este "espíritu" rondaba por las calles de Aquelarre y fue quien ella maldijo al pueblo para que no nacieran hombres. Estos dos elementos configuran el mito y la realidad, fusionándolos con un pueblo que cree fervientemente en sus historias, incluso imposibilitando el avance científico.

Los Hombres:

Pasan a un segundo plano, es más no hay mucho que decir de ellos, pero estos machos aparecen en un contexto de objeto sexual, todas quieren con alguno de los Guerra, con el Toro Mardones, con el Doctor Ignacio, yo creo que ni el cura se salvaba, pero bueno, el elenco masculino hizo muy bien su trabajo, además de recrear la vista.

Aquelarre perfectamente se puede adaptar para el teatro, una telenovela que mezcla todos estos elementos y precisa de actuaciones magistrales y en algunas ocasiones dramáticas y fuertes (escena de Ignacio y Silvana, cuando le rompe el corazón por segunda vez)...

No hay nada más que decir, sólo que cuando tengan oportunidad de verla, si es que alguna vez la repiten nuevamente, que la vean, es divertida, entretenida y rápida.

Hasta la próxima.

Diego A. Tejada Gamboa

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